El Festival Internacional de Cine de Vila-real, VIST, ha vivido este miércoles la penúltima jornada de proyecciones de su 25 edición con otros cinco cortometrajes entre los que ha habido trabajos laureados en otros certámenes y piezas curiosas. Así, por ejemplo, la sesión ha arrancado con el visionado de Arquitectura emocional 1959, Premio Goya 2023 como Mejor Corto de Ficción para este trabajo de León Siminiani; Pisanka, corto de terror en el que, en una única localización, una conversación cobra el protagonismo; Si mai no ens haguéssim separat, rodada en 16 mm, algo poco habitual actualmente, refleja lo difícil que es dejar una pareja cuando se ha querido mucho; Visionado, una pieza breve -poco más de 3.30 minutos, en el que el montaje resulta clave y Anticlímax que, pese a haberse estrenado recientemente, ya tiene premios de dos festivales importantes como el de Málaga y el de Medina del Campo.
Los últimos cinco cortos de la sección oficial, de los 20 a concurso, se podrán ver en la sesión del jueves. El primer corto será Hardcore, Premio Berlanga al Mejor Corto Documental. Su director, Adán Aliaga, es especialista en este formato y fue nominado al Goya en su documental anterior, La jaula. No hay fantasmas es un drama fantástico protagonizado por Catalina Sopelana (El vecino, Sky Rojo, Las leyes de la frontera o Mantícora). Mussol, dirigido por Juanjo Giménez, autor también de la película Tres, que cobró protagonismo con Timecode, con el cual ganó el Goya, la Palma de Oro en Cannes y estuvo nominado a los Oscar. El otro es drama familiar con Adrià Salazar y Daniel Grao en el reparto, ambos merecedores de premios en diferentes festivales por su papel, y por último, Phonorama es un corto de animación valenciano de humor donde tanto el guion como la animación, la dirección y las voces de todos los personajes están hechas por una sola persona; de hecho, en los créditos solo sale Álex Rey.